La Magia, el Amor y la Ciencia
La magia, definida con amplitud, es el arte de manipulación de los sentidos, la vista, el tacto, el olfato, para lograr una ilusión predeterminada en el espectador.Toda magia contiene un secreto, un truco. La magia no es magia para el mago. Es el que cree, el que quiere dejarse llevar por los sentidos, el hipnotizado, quien entra en un estado de sorpresa, deleitado por lo que ve y siente. Es el estado mental de deslumbramiento, de no poder creer lo que se ve sin poder negarlo. Lo más cercano a un enamoramiento es lo que llamamos caer en la trampa del amor, "falling in love", en Inglés. Eso es magia.
Estaría dispuesto a admitir que estamos rodeados de magia en la vida cotidiana. La televisión, el teléfono, la instantaneidad del Internet, son todos ejemplos de magia científica. El científico que los hizo posibles también se sorprendió, gritó "eureka" al ver su experimento funcionando a la perfección.
Así como en la magia hay manipulación, hay premeditación en el amor. La sorpresa nos sobrecoge al entender que ella o él nos acepta como somos, nos ama lo suficiente para compartir su vida con nosotros. La persona ha tomado el paso esencial cuando se ama, se cree y se actúa en consecuencia.Ahora, deslindemos los conceptos de amor y de magia.El mago no ama a un ser individual, sólo actúa para deleitar al público, un colectivo. No crea nada que no sea una ilusión. Esta ilusión se disipa tan pronto acaba la actuación. Como sucede con el humorista, y con el seductor, el mago llega a ser aburrido. Sólo el seductor no causa hilaridad en su público. Como el mago, el seductor nos lleva a cuestionar, a pensar en lo que no podemos comprender en la vida. Es únicamente el amor el que nos permite lograr esa comprensión de la vida, recrearla si fuese necesario.
Hoy, la ciencia se ha adueñado de lo sorprendente, lo mágico, con nuevos avances de la tecnología y con experimentos que asemejan la creación de la vida misma. Así la ciencia puede seducir tanto como el amor. La seducción que produce la tecnología, lo novedoso, en nosotros es más cercano a la magia que al amor. El elemento psicológico que nos causa ver los avances científicos como obras de magia no es facilmente explicable excepto si aceptamos como válida la ausencia de criticidad de las masas. Esas masas deberán esperar la comercialización de las maravillas científicas por décadas pues los poderes fácticos podrán entonces beneficiarse plenamente. También, el amor por el país, el sentimiento patriótico, parece incrementarse con la disponibilidad de las cosas modernas, los instrumentos generadores del poder económico-político.
j.a.canto, MBA
jueves, 24 de enero de 2008
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